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Desmintiendo el mito del óxido: Lo que los propietarios de techos metálicos deben saber

Desmintiendo el mito del óxido: Lo que los propietarios de techos metálicos deben saber Artículo del blog
Posted by Paulina Torres on 11-ago-2025 16:29:45

Los techos metálicos son una inversión inteligente, ya que pueden durar más de 60 años con un mantenimiento mínimo. Son resistentes y tienen un excelente desempeño frente a condiciones climáticas extremas como fuego, viento, nieve y granizo. Además, son una opción ecológica, ya que pueden reciclarse al final de su vida útil. Todo esto los convierte en una alternativa duradera, rentable y sustentable para los inversionistas.

Aunque los techos metálicos ofrecen múltiples beneficios, algunos mitos aún persisten. La mayoría de los techos metálicos están hechos de acero recubierto, y uno de los errores más comunes es pensar que los techos de acero se oxidan. ¡Y es cierto... pero solo si hablamos de un techo con un recubrimiento deficiente o con 50, 60 u 80 años de antigüedad! En este blog, vamos a aclarar este y otros conceptos erróneos. Cuando se seleccionan e instalan correctamente, los techos metálicos de hoy en día son, por naturaleza, resistentes al óxido.

 

 ¿Qué es el óxido y por qué representa un problema?

El óxido es un tipo de corrosión que ocurre cuando ciertos metales, como el hierro o el acero, reaccionan con el agua y el oxígeno del aire. Cuando estos elementos entran en contacto con la mayoría de los metales, provocan una reacción química que genera una capa de óxido que protege de una mayor corrosión al acero base. Sin embargo, el acero es la excepción a esta regla, ya que produce una sustancia llamada óxido de hierro. Esta sustancia es lo que comúnmente reconocemos como esas manchas o escamas color marrón rojizo: el óxido. Y a diferencia de otros metales, este óxido no protege al acero base.

El óxido puede convertirse en un problema serio en techos de acero si se utilizan productos inadecuados o no se siguen los procesos de instalación correctos. En este ejemplo, el techo está en buenas condiciones, pero el remate auxiliar fue fabricado con un material que tiene un recubrimiento inferior al del techo.

 

El óxido debilita gradualmente el acero con el tiempo, provocando su deterioro o daño estructural. El acero es especialmente susceptible a la oxidación debido a su alto contenido de hierro. El acero oxidado puede comprometer el metal adyacente y ocasionar daños adicionales.

 

Los techos metálicos no se oxidan como crees

Suena alarmante, ¿cierto? Pero no te preocupes — cuando los paneles metálicos se fabrican e instalan correctamente, el óxido no representa un problema para tu techo. ¿Por qué? Vamos por partes:

  • Recubrimiento: 

La capa superior de tu techo está compuesta por paneles y tapajuntas que están directamente expuestos al clima y al ambiente. El acero sin recubrimiento se oxida fácilmente, pero esto puede prevenirse o retrasarse aplicando recubrimientos protectores como aluminio, zinc o una combinación de ambos conocida como Galvalume®.


El Galvalume es un recubrimiento metálico para acero que combina la resistencia a la corrosión del acero aluminizado (recubierto con aluminio) con los beneficios del acero galvanizado (recubierto con zinc). Fue desarrollado a finales de los años 60 por Angelo Borzillo y Jim Horton de Bethlehem Steel, y su composición incluye 55 % de aluminio, 43.4 % de zinc y 1.6 % de silicio (en peso). El silicio ayuda a mejorar la adherencia del recubrimiento durante la fabricación.

Este recubrimiento metálico se aplica mediante un proceso de inmersión en caliente a aproximadamente 1200 grados Fahrenheit, lo que crea una capa intermetálica que se une metalúrgicamente al acero base. El recubrimiento aísla el acero de la exposición al aire y la humedad, previniendo su oxidación (óxido rojo). Es importante destacar que el recubrimiento con pintura no sustituye al recubrimiento metálico, sino que se aplica además de este. La protección contra la corrosión es responsabilidad del recubrimiento metálico, no de la pintura.

 

El acero se entrega con un recubrimiento protector, como Galvalume, que lo protege contra la corrosión.

  • Instalación adecuada

El óxido puede formarse rápidamente cuando el agua se acumula durante mucho tiempo sobre una superficie de acero recubierto o cuando la humedad queda atrapada contra el material. Por eso, los componentes de techado metálico deben almacenarse correctamente y contar con ventilación adecuada antes y después de la instalación.

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Las soluciones de fijación en techos que permiten el libre flujo del agua de lluvia pueden reducir el riesgo de óxido.

Es fundamental que los distintos actores involucrados se coordinen cuidadosamente durante la instalación del cualquier techo metálico y los accesorios en ellos, como equipos HVAC, para minimizar el riesgo de corrosión. Una planificación deficiente durante la instalación puede provocar que la humedad quede atrapada en ciertas áreas, lo que con el tiempo puede generar óxido y corrosión.

  • Cuidado y mantenimiento

Realizar inspecciones periódicas al techo es clave para preservar su integridad y durabilidad, así como para reducir el riesgo de óxido. Mediante inspecciones visuales de rutina, los propietarios pueden detectar signos tempranos de acumulación de humedad, residuos atrapados o daños que podrían derivar en corrosión con el tiempo. Atender estos problemas de forma oportuna garantiza que los recubrimientos protectores sigan cumpliendo su función y que componentes como los tapajuntas y respiraderos operen correctamente.

Además, revisar posibles fuentes de corrosión galvánica —como el uso de metales incompatibles— ayuda a prevenir el óxido antes de que aparezca. Este enfoque proactivo no solo extiende la vida útil del techo, sino que también representa un ahorro a largo plazo al evitar reparaciones costosas o reemplazos prematuros.

Tus sistemas de fijación sí importan

Los fabricantes de techos deben proporcionar lineamientos claros sobre el tipo de fijaciones y anclajes para utilizar con sus techos, a fin de minimizar el riesgo de óxido. Siempre que sea posible, los anclajes deben estar hechos del mismo material (o uno compatible) que el del techo, para evitar la corrosión por contacto entre metales diferentes. En caso contrario, el anclaje debe tener al menos el mismo nivel de resistencia a la corrosión que el material que se está fijando. Por ejemplo, no se recomienda el uso de anclajes de acero galvanizado con techos de revestimiento de aluminio.

El término swarf se refiere a las virutas y residuos metálicos generados durante procesos de maquinado, como perforación o corte. En techos trapezoidales u ondulados, el swarf suele producirse al utilizar tornillos autoperforantes para fijar soportes al techo. Estos tornillos remueven material (sin recubrimiento) de la superficie metálica y lo depositan sobre el panel, lo que puede generar corrosión y manchas de óxido al perforar los orificios.

Sin embargo, el uso de soportes con tornillos autoperforantes sin viruta (self-piercing screws) puede reducir significativamente la generación de swarf. Estos tornillos están diseñados para penetrar el panel sin remover exceso de metal, minimizando así los residuos y ayudando a conservar la integridad y la estética del sistema de techado.

Seleccionar el  sistema de fijación y el anclaje adecuado para tu techo metálico es fundamental para reducir el riesgo de óxido.

Otros procesos corrosivos también pueden representar un riesgo, incluso en situaciones donde aparentemente no hay contacto entre metales. Por ejemplo, se debe evitar el uso de madera tratada químicamente en combinación con materiales de techado metálico, excepto el cobre. Los químicos utilizados en la madera tratada suelen contener altas concentraciones de sales de cobre y otros elementos corrosivos. Cuando estos materiales se humedecen, los agentes corrosivos de metales disímiles se disuelven y comienzan a atacar químicamente el sistema de techado metálico.

Esta misma reacción corrosiva ocurre cuando se utilizan lápices de grafito para marcar paneles de acero o aluminio recubiertos. El grafito corroe rápidamente el metal y, en poco tiempo, aparece óxido. Por eso, se recomienda utilizar marcadores de tinta tipo sharpie para hacer marcas sobre paneles metálicos.

Graphite on Metal

El grafito es corrosivo para la mayoría de los aceros recubiertos —incluido Galvalume— y con el tiempo puede provocar la aparición de óxido.

 

Ideas a tener en cuenta

Y ahí lo tienes: los techos de acero no se oxidan como muchas personas creen. Los techos metálicos destacan por ser una opción confiable y duradera que puede aumentar la vida útil y sustentabilidad del edificio. Con los recubrimientos adecuados, una instalación correcta y un mantenimiento periódico, los propietarios pueden disfrutar de todos los beneficios que ofrece un sistema de techado de acero, sin preocuparse por el óxido.

¡Aprovecha las ventajas de los techos metálicos y disfruta de tranquilidad por muchas décadas!

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Tags: metal roof, metal roof clamps, metal roof brackets, rooftop equipment

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